domingo, 7 de marzo de 2010

Los "viejos" volvieron por Molviedro.

Seguro que muchos pondrán pegas a las gaitas, liras de percusión y flautas -normalmente son quienes abogan por la más pseudorancia antiguedad, sin saber que lo verdaderamente rancio no tiene edad-, pero para otros son el renacimiento de un sueño, el vivir algo que nos contaron y una razón más para que la ilusión de volver a Molviedro aumente cada día más para acompañar al Príncipe cada Domingo de Ramos.






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