sábado, 1 de mayo de 2010

Ya estás en al Catedral, mi Carmen.

Otra vez contigo, Carmen. Sigo sin cansarme de estar contigo, de llevarte o más bien pasearte, de hablarte, de recordarte... Por eso ahora disfruto como un niño chico con mi cuello amoratado y, como el enamorado, anhelo que llegue ya el domingo para devolverte a tu casa de San Gil.

Foto: Artesacro.

No hay comentarios: