Rezando antes de tomar la carretera.
Trío de Capilla delante del coche de los espinacas.
Aunque ponga 4 es nuestro kilómetro 10 realmente.
Primera parada: a echar gasolina.
Recien comidos. ¡Cómo se nota!
Palilo deja de plumeá.
Y sin parar de andar.
La tradición se cumple un año más: 21 para Loren y ya 4 para mí. Los dos extremos.
Otra tradición: el saltito en Mateos Gago en recuerdo de Kovalainen.
Llegamos y las risas no se pierden nunca: el Vampiro Palilo.
Que grande nos pareces:
Jorge, compadre, tu cabezá en la misa no falta.
Y todo por tí, Madre. Cuando llegamos aquí ya no nos hace falta ni verte en la calle. Ya hemos cumplido contigo... el año que viene, si Tú quieres, otra vez andaremos a tus plantas.
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